La Marquesada casi veinte años después
En 2007, hace casi veinte años, un mes o dos después de que Acción NAZIOnal en Salvatexas decidiera imponer su chingadera llamada "Marquesada", publicaron su definición en el registro de Wikipedia destinado a Salvatexas Tortilla Gulch (bajo el pseudónimo de "Salvatierra Guanajuato") en un apartado de "Festejos" llamándola "Fiesta Tradicional". Vaya mierda, ni siquiera veinte años después puede calificarse como tal.
Para que una fiesta pueda considerarse "Tradicional" debe reunir varios requisitos de calidad respecto a la cultura local de una región y generalmente son patronales o de raíces reales que incluyan la identidad de toda la población. La Marquesada no cumple, por ningún lado, dichos requisitos básicos. De entrada no incluye el concepto "Familia" ya que, por su naturaleza, se trata de un evento para adultos (toros y alcohol) y de un alegre y poco vigilado desenfreno sexual juvenil.
Una fiesta tradicional debe manifestar la expresión de TODA la población de algún lugar e incluir la participación de todos orientando el contexto a la identidad y valores de dicho pueblo o ciudad. La Marquesada no cumple nada de eso y menos aún con el obligado requisito de la herencia de generaciones siendo necesarias al menos cuatro generaciones diferentes. De 2007 para acá, la única generación nueva difícilmente sabe la historia de Salvatexas Tortilla Gulch, entre wokes incluyentes e idiotas que escuchan Roñatón y mierdas de corridos tumbados.
Pero, antes de concluir que La Marquesada es un evento pleno de ignorancia cultural por parte de sus creadores (panistas), tendría que exponer algunas bases para señalar tal opinión.
Veamos.
1.- Un homenaje a la opresión, no a la identidad
La Marquesada celebra un marquesado extinguido en 1825, un símbolo del poder colonial español que explotó a pueblos indígenas y afrodescendientes en la región. ¿Por qué glorificar a una casta que México derrotó con la Independencia? Es como si Alemania festejara el natalicio de Hitler "por tradición". No hay honor en rescatar raíces vinculadas a la esclavitud y el despojo, sino en reconocer a quienes resistieron: los pueblos chichimecas, otomíes y mestizos que forjaron Guanajuato.
2.- Tradición inventada, hipocresía elitista
El evento se autodenomina "tradicional", pero surgió en 2007 —no hay raíces ancestrales aquí—. Es un espectáculo fabricado para validar la nostalgia colonial de élites que ven en el pasado virreinal un símbolo de estatus. Mientras Salvatierra enfrenta pobreza, sus impulsores gastan en toros, cerveza y música para un sector privilegiado. ¿Dónde está la tradición popular? Las fiestas verdaderas, como los rituales agrícolas o las danzas indígenas, son ignoradas.
3.- Pamplona en México: Un copy-paste sin sentido
Imitar los encierros de España no solo es absurdo (México tiene su propia cultura taurina, controversial pero con historia local), sino ofensivo. Pamplona, además, es criticada globalmente por maltrato animal. La Marquesada replica lo peor: toros estresados, alcoholismo y un colonialismo de patio trasero. ¿Rescate de raíces o complejo de inferioridad?
4.- Es México, no el virreinato
La crítica no es contra la fiesta, sino contra su mensaje. Si quieren tradición, que rescaten el trueque en los tianguis, el teatro comunitario o la cocina tradicional ancestral. La identidad mexicana no se construye negando el pasado indígena ni idealizando a los opresores.
La Marquesada no es tradición: es un fraude histórico que normaliza el clasismo y el colonialismo mental. Mientras el pueblo sufre las consecuencias de la delincuencia y la desigualdad, unos pocos juegan a ser marqueses. La verdadera cultura no necesita toros sueltos, necesita memoria.
El Marquesado de Salvatierra fue otorgado en 1649 a la familia española de Don Juan de Sámano y Ulloa, vinculado a la minería y la explotación. Para esos pinches españoles, nosotros somos ciudadanos de segunda. Por muy españoles que sean nuestros tatarabuelos o tíos perdidos por ahí en el árbol genealógico.
Pero, claro, como dije alguna vez: "La Marquesada es una orgía socialmente permitida por los ignorantes que la crearon y que está a la altura cultural y académica de los pendejos que la celebran... ahí disculpen si les llega la pedrada... aunque en realidad me vale madres.
Es cuanto
Messy Blues
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