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viernes, 31 de marzo de 2023

Campos minados

Sutiles despedidas.

Reconozco que siempre he sido un tanto "Bipolar" para desempeñarme, de hecho un tanto hermético para algunas cosas, bocón para otras y hasta arrogante para algunas más pero hay dos virtudes que me gustan de mí y que he tratado de mantener en alto: Decir exactamente lo que siento y No haber destruido a nadie. Mi divorcio en 2005 me afectó mucho respecto a mi relación con mis hijos, fui víctima de la llamada "Alienación Parental" que ahora está penada pero en ese entonces tuve que aguantar. Ciertamente yo era un apache que había sacado el hacha de guerra dispuesto a pelear y defenderme pero la vida me convirtió en alguien que prefiere vivir la vida sin necesidad de andar sacando las uñas.

Victimizarme resultaría muy estúpido porque no es eso lo que yo soy, de hecho siempre me he considerado "Un Pequeño Bastardo" porque, lejos de adular a quienes gustan de ser adulados, sin merecerlo, les digo punto por punto su valor real. Supongo es la razón de tanto odio hacia mí (en Salvatexas, claro). Mi amigo el abogado Óscar Lanuza dijo alguna vez respecto a mí: "Nadie en Salvatierra vive tan a su manera como Tonatiuh Hendricks" y eso desde luego, aparte de ser bien intencionado, es un elogio para mí. Pero el punto no es sacar el guisado de ayer y recalentarlo sino ser un tanto breve para definir el eventual adios de este blog, que por casi veinte años fue refugio de antagonistas de la derecha Salvaterrestre.

Algo que aprendí en todo este tiempo es que si tienes una moneda de oro no necesitas gritarle al mundo tal hecho porque, ni vas a dar de comer a todo el mundo y tampoco vas a hacer feliz a nadie, porque nadie se va a alegrar de que seas tú el poseedor de dicha pequeña fortuna. Es decir, si tú tienes una virtud, la que sea, es bueno que tú lo sepas y no trates de convencer al resto de que tienes esa virtud. No sirve para nada, a nadie le gusta que la tengas y nadie va a entender lo valiosa que resulta dicha virtud. Así que aprendí a guardar silencio, que no fue tan fácil jajajajajaja.

Hace poco decidí hacer muy personal una cuenta de red social que utilizaba para promover lo que hago, música y diseño gráfico, y eliminé algunos contactos de Salvatexas. Aparentemente es una acción mezquina, arrogante, pretenciosa y voluble de mi parte pero creo que, más que beneficiarme a mí, el beneficio es para esas personas. Yo no soy alguien que guste de aplaudir cosas con las que no estoy de acuerdo y tengo el maldito defecto de decir precisamente eso, que no estoy de acuerdo cuando no lo estoy. Todo comenzó por un comentario en sarcasmo que le hice a Rafael Arreguín, abogado y amigo mío, y una amiga de él me respondió lo siguiente: "Ay Messy Blues, no eres feliz, qué tristeza!". Curiosamente hubo un fuego cruzado en esa dinámica. Yo trataba de elogiar a Rafa pero hablando con ironía, y esperaba que él se riera, y la señora lo asumió como ataque y ella decidió defender a mi amigo, lo cual respeto.

Y sí me afectó, confieso. Me afectó porque simplemente traté de hacer un comentario divertido y mofándome de las muchas críticas que recibe Rafa por ser un tipo talentoso y entusiasta para el arte y otras cosas en beneficio de la gente pero alguien más decidió intervenir, sin tomarse la molestia de tratar de entender mi comentario. No es su culpa, fue el simple hecho de que fui yo, Tonatiuh, quien hizo el comentario y por ende, para ella, era mejor ponerme en mi lugar. Surgió el demonio que me ha perseguido por años: "Soy Tonatiuh y Salvatierra me odia", punto. Hasta ese momento tenía varios amigos agregados y me di cuenta que se trataba de mera diplomacia, que ellos me tenían porque en algún momento fuimos amigos, o qué se yo, tal vez por cortesía o simpatía sesgada pero me quedó muy claro que, opinar en sus muros en esa red social, era como entrar a campo minado. Ciertamente no fue la primera vez que me enfrenté con situaciones similares. Así que, de ese modo, terminé de aceptarlo, entre mucha gente de Salvatexas y yo jamás se van a resolver las diferencias, bien porque no hay ganas de eso o bien porque son nuestras respectivas naturalezas que se rechazan.

Un chistoso ejemplo fue Memo González, colega y fotógrafo, que me eliminó por la bagatela de que no apoyo el feminismo vandálico y eso me hizo pensar que en Salvatexas me piden demasiados requisitos para honrarme con su amistad, mismos que no tengo demasiados ánimos de cumplir ni de sentirme honrado. No son ellos, soy yo jajajaja. Decidí en ese momento que ya era hora de terminar de salir del círculo vicioso y, por salud mental, terminar de aceptar que yo nunca encajé allá y a pesar de que fui feliz por un tiempo, estando allá, la química existente fue bastante superficial. Me di cuenta de que allá jamás van a aceptar a alguien como yo y yo jamás voy a cambiar mi forma de ser ni de pensar pero no tengo oportunidad de pelear contra ese molino de viento. Así que una hora después del desencuentro, decidí cortar con el pasado y cerrar el capítulo, esta vez de manera firme.

Yo creo que con tal decisión todos salimos ganando; no me deben, no les debo, y todos estaremos en Santa Paz. Digamos que era el argumento que necesitaba para terminar de cerrar el capítulo. No hubo guerra ganada ni perdida, me divertí mucho, así sencillamente, ese día decidí cerrar la puerta y aceptar que no soy parte de Salvatexas, nunca me aceptaron como tal. Así sencillamente decidí entender que hace mucho tiempo, en Salvatexas ya me habían dicho Adios pero yo no me había dado cuenta.

Es cuanto

Messy Blues

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