Envidia y admiración...
Lo que en este momento siento por José Daniel Sámano Jiménez es eso, envidia y admiración. Envidia y admiración por la enorme concha que tiene, heredada de su padre supongo, en la que es obvio que le importa una chingada lo que se diga de él o de sus esbirros en la alcaldía.
En su momento lo elogié, y no me desdigo, pero hoy siento una gran decepción de alguien quien yo pensé era un buen alcalde. Es obvio que NO lo es. Es un panista que aprovechó la buena disposición de MORENA para apoyar su candidatura pero al final demostró que ser de izquierda NO es su naturaleza y está haciendo todo lo posible para que el atontado pueblo vuelva a votar por el PAN.
Sí, me da mucha envidia ver cómo le corre atole por las venas al Danielillo y disculpen mis amigos en común, no suelo justificar mis opiniones. A lo mejor estoy ardido, posiblemente, aunque no sé de qué putas madres podría yo estar ardido. La cosa es que sigo pensando que se necesita mucha concha para mantenerse estoico siendo el responsable de un municipio que, desde La Marquesada, solo ha ido hacia abajo.
Bueno. Afortunadamente he estado en contacto con gente de MORENA manteniéndolos al tanto de cómo se están conduciendo el alcalde y sus bufones. Actuando como en los mejores tiempos del PAN pero diciendo que son de MORENA. La cosa era no perder el hueso.
Ah sí, por cierto, también mi abogado está al tanto. Digo, solo por previsión.
Es cuanto
Messy Blues
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