Sobre esos traumas de los que se habla
En 2012, diciembre, mi disgusto por la dichosa Jenny Rivera y su horrenda manera de cantar no se dejó reprimir en mis redes sociales y un "amigo" mío me reprobó "amablemente" mi manera de expresarme de la "Cantante" (¿en serio cantante?). En mi forma habitual de expresarme en mis propios espacios le di un cortón cordial señalando: "¡Es mi opinion, man!". Minutos más tarde me envió un SMS:
"¡Aquí sí te puedo mandar a la chingada, pinche chango traumado!"
Tal reacción me causó gracia. Me lo dijo alguien que no superó muchas cosas de su propia infancia, incapaz de aceptar la opinión PERSONAL de un músico que ni siquiera era famoso (y aún ando en eso 😂), además de otros daños colaterales que lo llevaron a atacarnos hipócritamente a Itzel Galindo y a mí en términos políticos (Teté también es morenista), bajo el argumento de "Es una opinión personal, mi Tona". Analizando bien, y espero lo hagan, mi "trauma" sobre su "Opinión Personal" no difería mucho de su "trauma" hacia mi Opinión Personal previa. Dicen que "Lo que te choca, te checa". Pero el tema no va por ahí, solo es un ejemplo.
Hace años, unos veinte, o casi; empezó a circular un mote muy curioso sobre mí: "Traumatiuh", mismo que me hizo reír concediendo crédito a la originalidad, considerando las evidentes limitaciones culturales de mis detractores. Aunque yo no estaba seguro de si la creación de "Traumatiuh" como mote era creatividad o simple humor de bullying escolar genérico, derivado de la envidia. ¿Traumas eh?, que arroje la primera piedra quien carezca de ellos.
No fue el único mote. Mi colega de los abismos infernosos le platicó a una excelente amiga mía, la Cleo (modelo y también guitarrista), que en el pueblo también me llamaban "Pentatiuh", por mi preferencia a la escala pentatónica musical, muy usada en los Blues y el Hard Rock clásico, y otros lindos sobrenombres que también resultaban creativos en un nivel de humor de segundo curso. Aunque sí me hicieron reír, confieso.
Pero bueno. Acepto mis defectos, no son pocos, pero yo los acepto y no suelo imitar a nadie para ser "Yo". De joven me atacaban por andar de mezclilla y cabello largo y todos decían "¡Ya córtate el pelo, así nadie te tomará en serio!", ahora de viejo dicen: "¡Chale Don, córtese el pelo, no sea "Chavorruco!". El mismo patrón de prejuicios, pero a diferente edad 😂. Curiosamente, hasta el día de hoy mucha gente me ha tomado en serio (¡hasta los Masones!) y hoy los jóvenes parecen juguetes de parodia copiando el look de imbéciles como "Peso Pluma" y "Daddy Yankee". En resumen, se supone que yo soy el de los traumas.
Definamos a una persona con traumas:
Una persona que ha experimentado un trauma puede presentar cambios emocionales y físicos. También puede tener dificultades para concentrarse, dormir, o relacionarse con los demás. Su estado psicológico suele ser la consecuencia de algunas cosas como:
- Accidentes severos
- Agresiones físicas, emocionales, o sexuales
- Maltrato físico o psicológico
- Violencia doméstica
- Abandono
- Suicidio de un ser querido
- Desastres naturales
- Guerras
Tal vez yo coincida con algunas cosas como varios accidentes y el terremoto de 1985, del que soy sobreviviente. O incluso la pérdida de mi hijo Eric antes de que él pudiera nacer, todo eso podría haberme originado traumas (aún despierto a veces gritando, lo confieso), pero no como para ser exclusivo en ello. Podría enumerar los traumas que padecen muchos de esos que me atacan. Pero parece ser que enfocan sus ataques a mi propia apreciación como guitarrista. Un pobre diablo darketo llegó a decir en la calle mientras yo pasaba por ahí: "¿Y quién le dijo que era músico?". Tan a la altura de su cultura... y su estupidez.
Recuerdo a un amigo muy centrado, a quien respeto mucho, que solía darme consejos y es bastante frío al opinar quien alguna vez me dijo: "Si te fijas en los que te atacan, entonces no eres bueno creando". César Canchola, un verdadero Bluesman, por cierto.
Para finalizar, sólo puedo limitarme a dedicarles unas palabras:
"Traumatiuh", ¿eh?. Me divierte la creatividad (¿o será envidia disfrazada de psicoanálisis barato?). Si tocar rock con el alma en cada nota es un trauma, ¡que nunca me curen!. Si haberme querido dedicar a la música en un pueblo donde algunos prefieren el chisme más que al arte, es un "trauma", ¡acepto el diagnóstico!.
A los que les arde mi guitarra: los invito a un duelo musical, no a batallas de sobrenombres. Hagan alarde de su habilidad para tocar sus instrumentos, no sus inseguridades.
Y a mis compañeros de ruta: el arte no se calla. Seguiré componiendo entre volcanes de vivencias y silencios cómplices. Porque al final, las canciones perduran... y los apodos ridículos, se los lleva el viento.
PD: Si "Traumatiuh" les parece original, esperen a escuchar mi próximo trabajo en estudio 😉
Es cuanto
Messy Blues
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