Anti-Amway Recargado y Puesto al Día
"Dice el señor de la esquina que le dijo el del mercado que la señora del almacén le dijo que no debía decir nada de todo lo que se ha dicho..."
Recuerdo mi primer encuentro directo con gente de "Amway". Fue en mi casa, cuando yo vivía en Salvatexas y aún no cumplía un año de casado. Acepté que un amigo realizara ahí una reunión informal para ponernos al tanto de su excelente proyecto. Yo debía vender productos Amway porque estos eran "lo mejor en el mercado" y un milagro era tímido al lado de Amway. Esa era la razón de forma, la razón de fondo era que, como "Emprendedor Amway", tú debías pensar de manera exitosa, ser "un ganador" y descubrir ese campeón escondido que hay en ti, y si no lo hacías, entonces eras un perdedor atrapado en la mediocridad laboral. Como no comulgo con el lavado cerebral propio de idiotas, nunca acepté.
En Inglaterra y en Rusia (sí ya sé, cómo chingo!), los negocios "Multinivel" están sometidos a un control fiscal pasmoso y bastante riguroso ya que las leyes de impuestos son bastante claras en ambos países. En Italia se toman los multiniveles con mucha ligereza y son negocios alternativos para la gente que quiere echarse algunos Euros adicionales al bolsillo, pero poco más. Y en Alemania se le da más importancia a las prestaciones laborales produciendo capital social y contribuyendo a la estabilidad del PIB. En Alemania "Post Guerra Fría" no existen los negocios milagrosos ni las cadenas estadounidenses que destruyen el comercio nacional. Walmart jamás podrá apoderarse del mercado del consumo familiar en Alemania.
Amway es, a tomo y lomo, un negocio multinivel que utiliza el coaching coercitivo para lograr adoctrinar a vendedores programados para no cobrar un salario como vendedores y resolver el punto de "Colocación de Productos" evadiendo el pago de prestaciones sociales y la estabilidad económica de los implicados. Disfrazan su estrategia como "Tu Mejor Oportunidad de Tener Negocio Propio".
Es la idioticracia la que favorece el funcionamiento de los multiniveles, la virtud de los pobres inclinados a la derecha que aspiran a volverse millonarios de la noche a la mañana a través de un sistema que se les ha presentado como "Oportunidad Única". Para el margen de idiotricacia de cada sociedad, el desarrollo y aprendizaje de producción es una manera de recorrer un camino largo pudiendo tomar atajos. Son la clase de gente a la que se le puede manejar la semántica de tal manera que un mito parezca verdad y lo asumen como la Biblia misma.
Para la idiotricacia de Amway no existe la identidad individual sino la dosificada, aquella que te anuda una corbata y te endeuda por años con un traje de Suburbia de corte comercial, muy barato en producción pero muy caro a la venta. Lejos de la sabia y hábil mano de un sastre profesional.
Culpa no es la del que saca provecho de la vaca sino de aquel que se la presta después de la resaca. Los coachers multinivel viven explotando la ignorancia del iluso y su dinámica es hacer creer a los tontos que se puede vender el traje del Rey. Aquel traje que no existía pero un par de estafadores dijeron que solo lo podían ver aquellos que no fueran tontos. Así funcionan los negocios Multinivel. Así funciona Amway.
En esta era de los 2020s las cosas han cambiado mucho desde mis primeras opiniones sobre el tema, dieciséis años nada menos, y hoy es posible chatear en el autobús desde un teléfono celular conectado al internet, obvio. Hoy la gente está pero no es, y es más familiar un diálogo de WhatsApp que una charla bebiendo un café. Hoy la gente vive sin existir y se ha convertido en un bite más de un universo artificial como es el internet y esto proporciona a los couchers coercitivos una opción ideal de echarse incautos al costal.
Amway solamente fue una idea de alguien que observó lo exitoso que puede resultar el reclutamiento de idiotas y, en consecuencia, su fortuna global hoy es superior incluso a la de Coca Cola y ha logrado hacer que un puñado de vivales se hayan hecho millonarios a costa de los soñadores que trabajan por ellos. Amway no es el problema, el problema es el narcisismo de aquellos que quieren obtener el resultado sin tener que aprender el método ni pasar por la experiencia.
Hace cien años la gente respetaba al zapatero y al carpintero. Hoy la gente respeta a un imbécil que habla pendejadas con muletillas tratando de imitar un discurso del tipo de los que Goebbels utilizaba para crear sus juventudes hitlerianas. Al final, no es el aprovechado, sino el estúpido que le cree.
Es cuanto
Messy Blues
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